Foto 11/14
Las desapariciones de la señora Yurno
Durante los últimos años de su vida, Josephine Yurno solía salir a caminar por las tardes, casi al oscurecer, alrededor de su querido barrio en Norwich, Connecticut.
El 12 de noviembre de 1935, ella salió como era su costumbre pero jamás volvió. Aunque se hizo una búsqueda extensa conducida por una gran cantidad de voluntarios acompañados de la fuerza policial de Norwich, no había rastros de ella.
Tres años después, la señora Yurno fue encontrada haciendo sentadillas frente a la casa de un vecino, sin una sola marca en el cuerpo y en perfecta salud. Cuando se le preguntó dónde había estado, doña Josephine se mostró confundida e incapaz de entender por qué se le preguntaba tal cosa, pues desde su punto de vista, no habían pasado más que unos pocos minutos.
Negándose a seguir el consejo de sus vecinos y su doctor, ella rehusó tomar tratamiento médico y retomó su vida como si nada hubiera sucedido, incluyendo sus caminatas nocturnas.
Una persona del vecindario consiguió tomar esta foto suya durante el verano de 1938, con nubes de humo causadas por la quema de hojas las cuales proporcionan a la imagen un apropiado toque misterioso. De nuevo, el 12 de noviembre, pero esta vez de 1940, cinco años después de su primera desaparición, la señora Yurno volvió a desaparecer.
Desde entonces, nadie la ha vuelto a ver.
Para ver más, continúa con Anomalía [12/14]
Las desapariciones de la señora Yurno
Durante los últimos años de su vida, Josephine Yurno solía salir a caminar por las tardes, casi al oscurecer, alrededor de su querido barrio en Norwich, Connecticut.
El 12 de noviembre de 1935, ella salió como era su costumbre pero jamás volvió. Aunque se hizo una búsqueda extensa conducida por una gran cantidad de voluntarios acompañados de la fuerza policial de Norwich, no había rastros de ella.
Tres años después, la señora Yurno fue encontrada haciendo sentadillas frente a la casa de un vecino, sin una sola marca en el cuerpo y en perfecta salud. Cuando se le preguntó dónde había estado, doña Josephine se mostró confundida e incapaz de entender por qué se le preguntaba tal cosa, pues desde su punto de vista, no habían pasado más que unos pocos minutos.
Negándose a seguir el consejo de sus vecinos y su doctor, ella rehusó tomar tratamiento médico y retomó su vida como si nada hubiera sucedido, incluyendo sus caminatas nocturnas.
Una persona del vecindario consiguió tomar esta foto suya durante el verano de 1938, con nubes de humo causadas por la quema de hojas las cuales proporcionan a la imagen un apropiado toque misterioso. De nuevo, el 12 de noviembre, pero esta vez de 1940, cinco años después de su primera desaparición, la señora Yurno volvió a desaparecer.
Desde entonces, nadie la ha vuelto a ver.

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