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El 'hombre del hacha' de Nueva Orleáns
El 'hombre del hacha' de Nueva Orleáns
Édouard Martel era un fotógrafo (de muy poco éxito) e inventor que viajó alrededor de EE.UU. durante las primeras dos décadas del siglo XX, tratando de atraer interés e inversores para un dispositivo de su creación, el cual le añadía un temporizador y opciones para la exposición automática a la popular línea de cámaras tipo Brownie de Kodak.
Fue así que tomó miles de fotografías de manera automática durante sus viajes con el fin de probar y mejorar su maravilloso invento.
Solía levantarse muy temprano, colocar una cámara secreta dentro de algún lugar secreto y discreto en alguna calle (del lugar en el que estuviera de paso) y una vez que lo hacía se dirigía a algún café o bar, de tal forma que mientras estuviera allí la cámara captara alguna escena de la vida cotidiana que le permitieran recordar sus viajes.
Las mejores fotos fueron seleccionadas para la única exposición fotográfica que tendría Martel en París, en 1924. Infortunadamente, Martel murió en la ruina y el anonimato en 1955 y las sendas cajas repletas de las imágenes que tomó le fueron dejadas a su hija Jeanne, de forma que ésta decidiera cuáles deseaba conservar y cuales simplemente desechar.
Durante este proceso, la mujer se topó con esta fotografía, tomada en Nueva Orleáns durante la mañana del 28 de Octubre de 1919, algunas horas antes de que Martel subiera a un barco de vapor y regresara a Francia.
Resulta que Martel detestaba cuando las fotografías salían borrosas gracias al movimiento, pues pensaba que esto reflejaría de manera la velocidad y precisión de su mecanismo de lente. Sin embargo, esta idea lo hizo dejar de lado e ignorar la que quizá sea la fotografía más importante que jamás tomó.
¿Qué es lo que hace a esta foto tan especial?
Pues bien, la noche antes de que la imagen fuera capturada, un famoso asesino conocido solo como 'el hombre del hacha de Nueva Orleans' había cometido su último crimen, masacrando a Mike Pepitone en su propio cuarto para posteriormente huir de la escena justo cuando la esposa de éste descubría el cadáver.
¿Podría tratarse del misterioso hombre regresando a su casa? Es imposible decirlo. Sin embargo, si es verdad, la imagen desmentiría la leyenda (basada en el muy cuestionable testimonio de Pauline y Mary Bruno) que reflejaba el racismo y prejuicio de aquella época que decía que «solo un negro podía ser capaz de tal brutalidad».
Para ver más, continúa con Anomalía [5/14]
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