Ojo a mis tres lectores: Les prometo que esta mini reseña no va a tener de esas aletas feas y nacas que le ponen a los carros para hacerlos quesque deportivos/aerodinámicos. O sea, lo que voy a escribir no tiene spoilers.
Fuera de broma, prometo no contar detalles que puedan echarles a perder la historia.
Pues resulta que mis compañeras del trabajo me la hicieron. Con sus caritas alegres y sus sonrisas y sus argumentos de «ya hay que mandar a la chingada el estrés», me convencieron de ir al cine justo cuando estoy tratando de sobrevivir con el último suspiro de mi quincena.
Pero pues me llevaron a un cine de la ciudad muy económico (hacÃa mil años que no pagaba yo una entrada de 25 varos, ni siquiera en miércoles) y resulta que, contra toda mi voluntad y en un ejercicio democrático, eligieron la pelÃcula Nosotros los Nobles, cuando yo lo querÃa ver era Jack el Cazagigantes, G.I. Joe o Fuerza Antigángster.
Pero asà es el poder de la mayorÃa, chingao.
Pues con mi carota de «odio al pinche mundo» las acompañé a la sala. Antes de comenzar a hablar de la pelÃcula en sÃ, quiero decirles que generalmente cando voy al cine voy con la mentalidad de distraerme y de entretenerme. Si yo quiero ver una pelÃcula de cine de arte o de esas que te deprimen como tres dÃas, prefiero rentarlas o comprarlas. En sÃ, el cine (como lugar de esparcimiento) para mà consiste más en irme a divertir con pendejadas jolibudenses y a comer hartas palomitas, nachos y jochos que en ir a analizar profundamente una pelÃcula (cosa que prefiero hacer en casa).
Por eso mi molestia cuando eligieron ver una pelÃcula mexicana. No es que desprecie lo hecho en México por el hecho de serlo (al contrario), sino que a mà simplemente no me gusta el «nuevo» cine mexicano (o el cine mexicano de las últimas dos décadas, pues). Suele asquearme el patetismo exagerado con el que se retratan a ciertas clases sociales (con argumentos casi siempre basados en el infortunio y donde si las cosas andaban mal se ponen peor), los escenarios deprimentes, la frecuentemente burda y mal manejada sátira social y el sexo gratuito (por ahà escuché a alguien decir: “no es pelÃcula mexicana de la nueva ola si no hay chichis o nalgas descubiertas”, o ya de perdis una escena de sexo sin peso real en la trama). Además de esto, parece que se pone de moda un actor o actriz y éste aparece en todas las pelÃculas (como Martha Higareda o Jaime Camil o Eugenio Derbez), y las actuaciones son malas como la chingada.
Con esto no digo que las otras pelÃculas que me gustan (de Joligud) tengan las mejores historias, el mejor reparto y las mejores actuaciones. Digo que a mà no me late el cine mexicano como para ver una pelÃcula más de una vez o pagar una entrada de cine.
Dicho esto, pues se imaginan el ánimo con el que iba a ver la pelÃcula…después de todo, ahora parece que la actriz de moda es Karla Souza y ya con eso me estaba dando hueva por anticipado.
Pues bueno, ahora, respecto a la pelÃcula…el argumento no es el más novedoso: un padre que le quiere dar a sus hijos malcriados una lección de vida. Sin embago toda la situación está manejada de una forma tan divertida y tan folclórica, que por un momento se olvida ese detalle. Nosotros los Noblestiene esa magia: toma una historia genérica y la cuenta a la mexicana.
Por supuesto, ese traslado a lo que se vive en nuestro paÃs está muy a la DF por lo que es posible que los capitalinos puedan no encontrarlo muy gracioso (o todo lo contario) pero no por eso dejó de ser deliciosa. Me pareció muy acertada la forma en la que retratan a los juniors mexicanos, más de uno puede reconocer a un mirrey de la vida real en el retrato que la pelÃcula hace de los hijos varones de la familia. En general la manera en la que se muestra su interacción con los comunes mortales (la prole) está bien hecha y es muy cómica.


El antagonista es antipático desde el comienzo y terminas odiándolo a tal punto que resulta risible, sobre todo hacia el final.
El cierre de la pelÃcula es…por decir menos, muy rápido y algo soso. Creo que pudieron haberlo hecho mejor, si bien deja una sensación de satisfacción en relación a la trama, todo se desarrolla en unas pocas escenas que dejan algunas preguntas al aire y que, comparadas con lo gracioso que es el resto de la pelÃcula, se quedan cortas.
Las actuaciones en general son buenas, Gonzalo Vega es mi favorito aunque los jóvenes no se quedan atrás (como si de veras les suponiera mucho esfuerzo hacerla de fresas).
En suma, siendo una excepción notable a mi regla de «guácala de perro ver una peli mexicana en el cine», es una pelÃcula muy recomendable. Como lo mencioné al principio, no esperen algo muy original, pero si se quieren reÃr y bien con buenas mexicanadas y una historia con moraleja (tampoco muy original), es una buena opción.



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Las imágenes de los posters son propiedad de Archer Troy Publicidad (http://www.archertroy.com/home.html).
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