Barbie.avi

Hola. Esto me pasó hace algunos meses y quería contárselo a alguien.

Todo comenzó en la fiesta de un amigo. Él es un artista que rentó un desván en la zona industrial de la ciudad. Si te puedes imaginar cómo lucía Detroit por ahí de los años 20, así es precisamente como se veía el lugar. Un montón de viejas fábricas de fin de siglo a lo largo de diez cuadras, la mayoría abandonadas.

Pues esa noche festejé a lo cabrón así que decidí echarme en un sillón. Me desperté por ahí de las cuatro de la mañana y todavía no salía el sol pero podías distinguir las cosas en la leve luz azulada. Fui al baño pisando con cuidado para no pisar a la gente que se había quedado tirada en el piso. Mientras orinaba, me asomé por la pequeña ventana del baño y vi el paisaje urbano desierto y deteriorado. Recordé lo mucho que me gustaban los lugares así. Todo era oscuro y carente de vida pero extrañamente sereno.

Así que regresé al sillón y traté de dormir otra vez. Después de 45 minutos de quedármele viendo al techo, decidí que no quería seguir allí así que aguantándome el orgullo decidí llamar a la casa de mi novia (aunque la despertara) para pedirle que me recogiera ya que caminar en las calles desiertas a esa hora no era la mejor opción.

Como era una novia maravillosa, se portó súper bien y me dijo que llegaría por mí en una media hora y que me avisaría cuando estuviera en la puerta. Mi celular se quedó sin carga como a los diez minutos por lo que decidí asomarme a la ventana para ver cuando su carro se aproximara. Me senté allí por un rato y mis ojos empezaron a sentirse pesados y comencé a dormitar otra vez.

El sonido de algo que se rompía me despertó. No fue muy fuerte pero consiguió regresarme a la realidad. Me asomé por la ventana y eché una ojeada pero no vi nada. Sin embargo cuando miré hacia el otro lado de la calle, donde se encontraba un basurero lleno de bolsas, descubrí una computadora y un monitor aventados allí, que no estaban antes.

Cuando mi novia por fin llegó bajé para saludarla y cuando estaba a punto de subirme al auto me acordé de que la computadora de un amigo mío estaba jodida y decidí asomarme a ver la computadora tirada para ver qué podía servirle. El monitor estaba inservible pero el gabinete con el CPU no parecía haber sufrido daños por lo que lo subí al auto y nos fuimos de allí.

Una semana después yo me había olvidado por completo de eso hasta que mi novia me llamó y me dijo que lo que recogí todavía estaba dentro de su camioneta y que quería que lo sacara. Esa misma noche fui por él y me lo llevé a la casa. Antes de llevárselo a mi amigo decidí conectarlo a mi monitor para ver si todavía funcionaba.

Para mi sorpresa, lo hizo. Corrió Windows XP y parecía que su antiguo dueño había borrado toda la información. Probé suerte y comencé a buscar en el disco duro cosas como ‘tetas’, ‘coño’, ‘vagina’, ‘chiches’, con la esperanza de descubrir algún archivo secreto lleno de porno que el dueño anterior hubiera olvidado. Curiosidad mórbida, supongo.

La búsqueda no dio ningún resultado, busqué archivos de imágenes y nada. Luego busqué archivos de video y solo uno apareció. Era formato .avi y se encontraba en un folder titulado ‘Barbie’, escondido en la carpeta WINDOWS/system32.

Lo abrí y fue allí donde todo se puso perturbador.

El video duraba más o menos una hora y estaba armado con tomas de muy baja calidad. Estas mostraban a una mujer sentada en una silla, hablando, con un fondo blanco.

Me salté la mayoría de la película y todo lo que aparecía no era más que la misma toma continua. Decidí reproducirlo todo para ver de qué estaba hablando la chica, pero a los quince segundos de video el audio se escucha muy mal y la voz se pierde entre estática y ruidos de fondo, por lo que no entendí ni madre. 


Entonces importé el video al Final Cut y traté de bajar los niveles de ruido para aislar su voz. Eso ayudó un poco pero todavía no podía entender lo que ella decía. Muy intrigado, empecé a ponerle mucha atención a su rostro o lenguaje corporal. Parecía que alguien le preguntaba algo porque ella dejaba de hablar para escuchar lo que fuera que le decían y luego continuaba hablando.

A los quince minutos del video, su rostro comienza a enrojecer y a hacer gestos como si las preguntas le molestaran, pero de todas formas seguía contestándolas. Después de un rato empezó a llorar y todo el resto del video siguió sollozando histéricamente.

Una de las pocas palabras que alcancé a distinguir fue ‘piel’. Ella repetía mucho esa palabra durante todo el video y en ciertos puntos ella se jalaba la piel de su brazo y la pronunciaba. Parecía estar muy infeliz con su propia piel.


......piel.......   .......  ...... . piel..... 


La situación se ponía cada vez más oscura y por 40 minutos la mujer siguió llorando tan fuerte que apenas podía mirar a la cámara. En ese punto ya no hablaba y el resto del video solo era ella llorando con la cabeza agachada.

Extrañamente, ella no se levantó o se movió y la pantalla se disolvió en negro.

Yo estaba estupefacto.

Repetí el video muchas veces esa noche tratando de encontrar cambios en sus movimientos que pudieran decirme un poco más sobre lo que estaba pasando. Me sentía muy frustrado y quería saber más. Fue en ese momento que me di cuenta que la pantalla negra del final duraba alrededor de diez minutos y que una vez que terminaba había más video.

Las imagines eran muy borrosas y se sacudían mucho al punto que no se podía ver nada. Mostraban un par de piernas caminando sobre las vías de un tren. Supuse que la cámara se había quedado accidentalmente encendida y que alguien la estaba llevando a algún lugar.

Esta persona caminó sobre las vías del tren por 6 minutos y luego se dirigió a un bosque, caminando sobre lo que parecían hojas secas sobre un camino de triplay. Esta persona siguió caminando hasta que el video terminaba.

Mi corazón latía desbocado de la emoción porque reconocí las vías del tren y sabía que estas se encontraban a algunos kilómetros de donde vivía. Tenía que saber qué había pasado.

Llame a uno de mis amigos, es un gigantón musculoso de 1.90 de altura y casi 120 kilos de peso. Lo convencí de que me acompañara a esa pequeña aventura, y aunque no soy un cobarde sentí que si iba a aventarme al bosque buscar quién sabe qué chingaos, algo de músculo no estaría mal.

La mera idea de hacer todo eso me tenía tan emocionado que no podía dormir.

El día siguiente era una soleada mañana de sábado, tomé mi linterna, mi cámara y mi cuchillo militar y fui por mi amigo. Cuando llegué por él, todavía estaba dormido y cuando lo desperté me mandó mucho a la chingada.

Como ya estaba despierto, preparado y mentalizado, decidí ir sin él. Estacioné el carro en la estación de tren, agarré mis cosas y me dirigí a las vías.

Después de caminar por dos horas pude ver un trozo roto de triplay y me temblaron las piernas de emoción. Busqué por la hojarasca y lo ví: un pequeño camino de triplay que llevaba al bosque.

Caminé lentamente por él, poniendo mucha atención a todo lo que veía. Me detenía de vez en cuando, agachándome y tratando de escuchar algo o a alguien…pero todo estaba muy silencioso.

Era una de las cosas más espeluznantes y enervantes qué he hecho. No sabía qué encontraría al final del camino.

El denso follaje desembocaba en un páramo rodeado de pasto y entonces la ví: una casa tragada por el bosque. Su apariencia decía que nadie había vivido allí por 20…quizá 30 años. Saqué mi cámara y tomé unas cuantas fotos. Algunos metros más allá de la construcción había un pequeño cobertizo hecho de metal ya oxidado.

Foto del cobertizo

Me senté entre los árboles, digiriéndolo todo.

No quería ir a campo abierto, pues tenía miedo de que algo o alguien me vería.

Después de un momento agarré valor y me dirigí a la casa. La puerta estaba medio abierta y la empuje con la linterna. Me sentí aliviado al ver que la casa de hecho estaba muy bien iluminada, así que guardé la linterna y tomé más fotos. No había muebles y el piso estaba hecho de madera, ladrillos y escombros, además de que había grandes boquetes en la pared.

Cuando empecé a explorar más, vi algunas cosas a las que no les presté mucha atención en su momento pero que ahora que las recuerdo me perturban muchísimo.

La primera cosa que me pareció un poco rara era que una de las puertas del primer cuarto, que supuse que conducía al sótano, lucía muy nueva para pertenecer a la cas. También era la única puerta de todo le lugar que estaba cerrada.

Pero lo que más me perturbó, por alguna razón, fue el baño. El polvo sobre el espejo parecía haber sido limpiado con una mano y en la tina, vi una tapadera plástica con algunas gotas de agua de cuando supuse alguien la había lavado. Luego escuché que algo gimió y entonces fue cuando salté a la chingada por una de las ventanas y cagándome corrí hacia las vías.

A la mitad del camino me di cuenta de que ese gemido probablemente había sido producido por la tubería de agua y ese breve momento de alivio se tornó en terror cuando me pregunté por qué habría agua en una cabaña perdida dentro del bosque.

Han pasado más de dos meses desde esto y no he regresado. Ni pienso hacerlo.





Los videos*

* Por favor nota que el video original consta de seis partes pero no se han subido ni encontrado en internet más de tres (1, 2 y 4).










TheIronbird

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por darte una vuelta por mi blog y por comentar!

Licencia y Copyright

Todas las traducciones y adaptaciones, así como el fanfiction (escritos sobre personajes que no son de mi propiedad), tienen la licencia:
Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

Licencia Creative Commons


Todas las ilustraciones, diseños y escritos originales en esta página tienen todos los derechos reservados ©.